La velocidad de entrega no es lo más importante. Lo más importante es la velocidad para aprender de los clientes
Muchas organizaciones le dan mucha importancia al objetivo de entrega más rápido y en mayor cantidad. En ciertas ocasiones esta meta se vuelve imperativa y predictiva cuando la organización define promedios de entrega mínimo requeridos por los equipos en cada Sprint. Hay algunas empresas que para llegar a este objetivo premian y castigan el lograr o el no lograr llegar a los tiempos de entrega definidos y en las cantidades ascendentes solicitados. Estas empresas tienen la creencia que ir más rápido es igual a entregar valor, tienen la impresión de que se encuentren como en una fábrica que produce el mismo producto repetidas veces siempre o casi igual. Por ejemplo, a veces se le pide al Scrum Master metas como lograr un tiempo promedio de entrega menor o igual a 5 días. Si lo logra suma a su bono o renovación de contrato, sino lo logra suma a sus deméritos para no tener el bono y poner en peligro su continuidad.
Ir más rápido es importante si permite aprender y conseguir información que permita reducir el riesgo de avanzar hacia los objetivos enfocados en los clientes. Es decir, lo importante es la velocidad de aprendizaje y la capacidad de convertir ese aprendizaje en experimentos que generen nuevas ideas para descubrir nuevo valor o reducir la brecha de satisfacción con los clientes. Aprender lo más importante primero y rápido permitirá cambiar de dirección prontamente reduciendo el riesgo de ir en la dirección equivocada. Pero ir más rápido solamente por el hecho de lograr una velocidad o rapidez requerida cada vez menor nos importante y puede perjudicar la capacidad de adaptación y limitar a los equipos en lograr lo que realmente es importante y valioso para los clientes.
Ir más rápido, reducir los tiempos de entrega son útiles solamente si mejoran la entregan de valor actual y reducen la brecha de satisfacción. En otras ocasiones establecer metas de tiempo de entrega pueden limitar a los equipos en el aprendizaje y adaptación necesaria para entregar valor.
Si una empresa quiere ir más rápido y su métrica principal son tiempos de entrega promedio establecidos o reducir consistentemente los tiempos de entrega va a poner al negocio en mayor riesgo de caer en la trampa de la rigidez del cambio y perjudicar la entrega de valor y la adaptación al mercado.
En nuestro ejemplo el tiempo promedio para entregar es de 5 días. Pero allí viene lo importante, tomar el aprendizaje lo antes posible para generar nuevas ideas que generen nuevo valor. Si ese aprendizaje genera nuevas ideas y producto a partir de lo aprendido entonces el entregar rápido es útil. Pero si la entrega en el día 5, se hace para cumplir un plan, o para cumplir una métrica o simplemente porque se busca ir más rápido sin buscar aprender del cliente y generar nuevas ideas entonces esto no ayuda a entregar más valor, por el contrario, puede provocar que el equipo se desenfoque del cliente o de sostener la calidad o de buscar oportunidades en el valor no realizado.
La recomendación más importante al buscar eficiencia es usarla para sostener la entrega de valor definiendo hipótesis y llevar a cabo experimentos en cada Sprint.