Scrum no es una metodología prescriptiva, es un marco adaptativo
Scrum se ha convertido en el marco ágil de trabajo más usado para el desarrollo de productos complejos en el mundo. Uno de los beneficios de Scrum es la entrega de incrementos de producto en periodos de tiempo cortos para mejorar el aprendizaje de los clientes y el mercado con el propósito de mejorar los resultados de negocio a través de la innovación de productos. Scrum promueve la autogestión, el trabajo en equipo, la mejora continua y la entrega de un incremento de producto con valor en cada Sprint. Scrum está basado en un proceso de control empírico y ayuda a la gestión del desarrollo de productos o servicios. Al usar el empirismo, aceptamos el hecho de que las cosas pueden cambiar en cualquier momento y que la mejor forma de enfrentar estos cambios es a través del uso de la transparencia, inspección y adaptación, ayudando a mejorar la respuesta al cambio, reducir los riesgos de negocio y aprovechar nuevas oportunidades de negocio que se pueden identificar al escuchar continuamente a los clientes al descubrir la brecha de satisfacción que se puede cubrir con un nuevo producto.
Scrum no prescribe, no receta y no define cómo se deben llevar a cabo las cosas, qué herramientas o prácticas usar para desarrollar un producto o servicio. No hay fórmulas o pasos establecidos que seguir y adoptar al usar Scrum. Tampoco existen las mejores prácticas que deben ser usadas una y otra vez sin cuestionar; las mejores soluciones emergen de los equipos autogestionados de acuerdo al contexto y el problema a resolver. Algo que funciona muy bien en una empresa y situación no es necesariamente la mejor solución a seguir en otros contextos. Aunque podemos considerar patrones, estos no deben ser copiados y usados tal cual, sino que debemos experimentar para descubrir la forma apropiada de adaptarlos a cada escenario o innovar con nuevas formas de entregar valor en base a la experimentación que sucede en cada Sprint. Los procesos empíricos representan situaciones irrepetibles; por esta razón no existen soluciones que se puedan repetir o copiar creyendo que eso puede asegurar el éxito.
Una metodología prescriptiva con fases establecidas en secuencia implica usar un proceso rígido basado en pasos predefinidos que se tienen que seguir. La metodología no fomenta y, por el contrario, puede impedir el descubrimiento, el empirismo y el aprendizaje de los clientes y el mercado, retrasando la entrega de valor.
Scrum es un contenedor para otras prácticas o métodos como Test Driven Development, integración continua, despliegue continuo, entre otros. Complementar Scrum con otras prácticas que mejoren el uso de sus tres pilares, como son la transparencia, la inspección y la adaptación, mejora las posibilidades de lograr la entrega de valor.
Scrum tiene un contexto cultural que se basa en los valores de Scrum, como son la valentía o coraje, foco, compromiso, apertura y respeto.
Cuando se viven los valores de Scrum se crea la confianza para generar transparencia que permite usar la inspección y adaptación. Scrum es ligero porque la intención no es definir pasos específicos en detalle, sino definir las reglas de juego; cada equipo autoorganizado debería definir cómo jugar el juego basado en esas reglas y seleccionar las prácticas, métodos a usar.
En algunas situaciones se puede observar organizaciones que en teoría adoptan Scrum, pero esa adopción no se refleja en un cambio cultural junto con la mejora de las capacidades para lanzar producto en corto tiempo con la intención de mejorar el aprendizaje en cada Sprint. Por el contrario, se percibe como algo natural que la adopción ágil implica solamente un cambio en los nombres a usar, más no en la cultura de la organización misma. Proyectos con alcance, costo y tiempo fijo, Product Backlog gestionado en forma aislada por el Product Owner con poca colaboración del equipo de desarrollo, etapa de análisis y diseño realizadas en un Sprint cero, Sprint de desarrollo y pruebas sin entrega de producto terminado, Sprints de estabilización y despliegue que mantienen el uso de un enfoque predictivo que reduce la capacidad de ser ágiles y responder a los cambios, Scrum Masters que controlan el cumplimiento de tareas y horas y le dicen al equipo de desarrollo la receta de cómo hacer Scrum en lugar de promover la autogestión y la creatividad, la carencia de un refinamiento de producto que fomente el empirismo y el descubrimiento continuo, Jefes de Proyecto tradicionales con un enfoque de control sobre el equipo, solamente por mencionar algunos factores son los que llevan a finalmente no entregar producto funcionando listo para ser usado y en lugar de eso se entreguen productos incompletos y con errores que son rechazados por los clientes en cada Sprint y con ello se provoque la insatisfacción del equipo, la empresa y los usuarios involucrados. Esto nos podría indicar que la adopción ágil se ha convertido en un cliché, más no en un convencimiento real de cambio de la organización. Scrum es un marco ágil que requiere de un impulso de la organización que busca una necesidad de mejorar la forma tradicional en que hace las cosas.
El objetivo de Scrum es maximizar la entrega de valor a través del aprendizaje de los clientes. Scrum se basa en el empirismo y, si queremos potenciar sus beneficios, se requiere que exista foco en la entrega de valor de negocio. Scrum es una herramienta para lograr la agilidad empresarial.
